El motivo de su estrella en ascenso es fácil de ver. El hermoso arte digital de Aleksandra todavía está imbuido de una peculiaridad inherente que lo hace instantáneamente atractivo. A raíz de The Caterpillar Girl, lanzado en febrero, ha trabajado en una serie de proyectos para el estudio Yukiko y Refinery29.
Esto ayudó a impulsar su carrera independiente, pero Aleksandra no es alguien que se duerma en los laureles. En su tiempo libre trabaja en proyectos personales, entre ellos esta serie de ilustraciones que “desafían la idea de feminidad e inseguridad”.





Si ya estás familiarizado con el trabajo de Aleksandra, estas imágenes te parecerán una evolución lógica de su enfoque artístico. Los personajes femeninos siempre están en el centro de sus ilustraciones, especialmente aquellos que se “congelan” en el momento de hacer algo divertido o ridículo. En el caso de estas imágenes, esto incluye rogar a alguien que los llame o revelar que tienen el corazón roto.
Sin embargo, lo que evita que estas imágenes se vuelvan demasiado deprimentes es el extraordinario estilo artístico de Aleksandra. Después de todo, estas no son mujeres o niñas ordinarias que conocerás en la vida cotidiana. “Son pervertidos y sus cuerpos son exagerados”, le dice a Creative Boom. “Por lo general, existen en entornos un tanto feos, como un mercado, un restaurante, una piscina o una habitación desordenada”.
Aunque considerados cotidianos, estos entornos están llenos de significado para Aleksandra. “Me gusta procesar esos ambientes y objetos a través de una lente mágica y nostálgica. A veces me gusta jugar con textos cortos o frases adicionales que le den un efecto cómico a las situaciones que estoy ilustrando”.








Y aunque le gusta divertirse con sus personajes, Alexandra nunca es cruel con ellos. “Me gusta que mis personajes sean responsables y libres, incluso si aparentemente están en desventaja y van al mercado a comprar comestibles. Parecen desinteresados y un poco emocionalmente reprimidos”.
Trabajando principalmente con herramientas de escultura digital, Aleksandra comenzó a expandirse y trabajar con realidad virtual. Es un enfoque curioso teniendo en cuenta que sus influencias se basan en el mundo real. “Encuentro mi inspiración en observar a las personas que me rodean, en los pequeños pensamientos aleatorios que tengo durante el día o en mis recuerdos”, revela.
Debajo de toda esta aparente extravagancia y rareza, sin embargo, hay un trasfondo más desgarrador. “Al crecer, viví en Bielorrusia bajo una dictadura misógina”, explica Aleksandra.








“Cuando más tarde me mudé a los Países Bajos, luché por ser un inmigrante relativamente pobre y descubrí que el proceso de crear personajes libres y empoderadores era una herramienta restauradora e inspiradora para recuperarme de experiencias traumáticas pasadas.
“Quiero seguir compartiendo personajes que encuentran seguridad y placer en sus entornos mientras celebran sus diferentes estilos y cuerpos”.
Y con la promesa de otro cortometraje animado en proceso, tal vez este no sea el último que hayamos visto de estos personajes extravagantes y exagerados mientras intentan navegar por el feo mundo que los rodea.







